La recogida se hace muy temprano y en un periodo de tiempo muy corto, dependiendo siempre de un estado de madurez óptimo, entre finales de octubre, principios de noviembre y diciembre, cuando la aceituna presenta unas determinadas pigmentaciones o cambio de color tanto en el exterior como en la pulpa.
La aceituna es triturada por molinos con cribas especiales, para potenciar los aromas y disminuir las emulsiones. Todo el proceso se realiza a baja temperatura, y en un tiempo muy corto, conservando de esta manera todos los aromas y sabores frutados característicos de nuestro aceite.
Posteriormente y como fase final, el aceite se centrifuga y se almacena en depósitos de acero inoxidable donde después de decantarlo durante 10 días, el aceite reposa bajo una temperatura controlada entre 18º/21º, listo para su envasado asegurando que permanezcan inalteradas sus cualidades tanto químicas como organolépticas.